¡Pasa un maravilloso fin de semana en Motilleja!
Si eres de esas personas que no paran de buscar planes diferentes para el fin de semana, tenemos algo para ti.
Se busca gente disfrutona, que le guste relajarse un fin de semana en un entorno rural y tranquilo, y dispuesta a dejarse llevar por los encantos de Motilleja.
¿Eres tú? Pues entonces sigue leyendo, porque la siguiente historia te va a hacer pasar un fin de semana maravilloso en Motilleja.
¿Que no? ¡Verás como sí!
Motilleja, una historia de agricultura.
Motilleja es un pueblo situado a unos 25 kilómetros al norte de la capital de la provincia, Albacete. Forma parte de la comarca de la Manchuela y es uno de esos pueblos cuya historia está ligada a la agricultura.
Empezamos bien, ¿no?
Por Motilleja pasaron todo tipo de generaciones de diferentes culturas a lo largo de la historia de España: pueblos prerromanos, romanos, musulmanes, cristianos… Todos ellos dejaron su marca en este lugar en forma de puentes, calzadas, yacimientos, fortalezas, castillos y un sinfín más de huellas históricas.
Motilleja se encuentra a tan solo dos kilómetros del río Júcar, y a su alrededor surgieron otras aldeas a su ‘amparo’. Todas estas aldeas están hoy tristemente desaparecidas, pero Motilleja ha sabido mantenerse en pie y, de hecho, ha logrado frenar el descenso de población.
Durante los años 60 y 70 se produjo un éxodo rural a gran escala en toda España. Gente joven de muchos pueblos se fue a las ciudades de alrededor o a las grandes ciudades en busca de trabajos más estables que el campo.
Pero Motilleja consiguió frenar este descenso demográfico. Con la transformación de los terrenos de secano en grandes regadíos, pudieron ofrecer una estabilidad a los trabajadores agrícolas de la zona. De este modo, es de los pocos pueblos que pudieron mantener sus niveles de población. Hoy en día la mayoría de sus más de 500 habitantes se dedican a la industria agrícola.
Pero, además de esta pequeña historia sobre Motilleja, vamos a contarte qué puede ofrecer a sus visitantes.
Qué ver en un fin de semana en Motilleja.
Motilleja, como muchos otros pueblos de la Manchuela y de cualquier parte del país, ha sabido entender la importancia que tiene el turismo rural y de sus beneficios para la comunidad.
Este tipo de turismo está muy alejado del típico turismo expansivo que arrasa contigo. Contando con casos excepcionales, la mayoría de gente que lo practica es gente respetuosa con los lugares que visita y con sus formas de vida. Su objetivo es relajarse, disfrutar de unos días lejos del ruido y del movimiento de las ciudades, y mimetizarse con la naturaleza aunque sea temporalmente.
Por eso es un foco que merece la pena explotar, ya que solo aporta beneficios: es una forma de atraer gente, que deja algo de dinero en el pueblo a la vez que le da vida y movimiento. Y además, con un poco de suerte, alguno o alguna quedará prendado de los encantos de Motilleja y se quedará a vivir o buscará una segunda residencia.
Pero entonces, ¿qué puedo ver el Motilleja en un fin de semana?
Un paseo por un típico pueblo Manchego.
Motilleja es el clásico pueblo Manchego de calles largas y amplias. Darte un paseo por el pueblo ya es un placer en sí mismo. Con sus aceras estrechas, no te preocupes de andar por la carretera (con el debido cuidado) porque no pasan demasiados coches. Una maravilla para desconectar de las ajetreadas calles de las ciudades.
Otro paseo, esta vez por sus alrededores.
A poco que caminemos, nos saldremos del pueblo, y ahí tenemos kilómetros y kilómetros para caminar sin parar.
Ya sabéis cómo es Castilla la Mancha: tierra de largos caminos dorados. Existen infinidad de rutas que podemos hacer, ir caminando a pueblos vecinos y disfrutar del olor de los secarrales y del aire puro.
Eso sí, no vayas demasiado lejos… ¡que luego hay que volver!
La Iglesia y la Plaza Mayor.
No existe pueblo sin iglesia y sin plaza, y Motilleja no iba a ser menos.
La iglesia, de origen barroco, vio terminada su construcción en el año 1787. Su torre del campanario destaca sobre el resto del pueblo y se puede ver perfectamente desde fuera de la localidad. Santa Ana, patrona del pueblo, está evidentemente representada en la parroquia.
Delante de la iglesia nos encontramos con la Plaza Mayor, una plaza cerrada con una pequeña fuente en el centro y un viejo reloj de sol. Una monada donde sentarse a descansar después de una jornada conociendo el pueblo y sus alrededores.
Su artesanía: el encaje de bolillos.
Sí, lo has leído bien. El encaje de bolillos es ‘deporte local’ en Motilleja. Se ha convertido en parte de su cultura y son expertos artesanos de este arte.
Paseando por las calles de Motilleja podrás ver a sus gentes realizando este encaje de bolillos incluso sentados en la puerta de su casa.
¡Como para perdérselo!
La Gastronomía de Motilleja.
Podrás disfrutar de la gastronomía manchega en los bares y restaurantes de la zona. En ellos podrás probar platos tan típicos como el gazpacho manchego, el ajo de ‘mataero’ o atascaburras, sus potajes, las gachas o una buena caldereta de cordero.
También son famosos sus dulces: tortas de manteca, mantecados de almendra y rolletes de sartén, entre muchos otros.
Sin olvidarnos del vino, por supuesto. Los vinos de la Manchuela tienen su Denominación de Origen Protegida ‘Manchuela’, y los hay tintos, blancos y rosados. Podrás disfrutar sin cortarte un pelo, porque seguramente no tengas que coger el coche.
Sin duda, Motilleja tiene mucho que ofrecer a sus visitantes, que podrán disfrutar de un fin de semana fantástico en un lugar que les acojerá y les dará lo que tiene.
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